Comentaba en la anterior entrada que muchas personas acuden en busca de un intérprete jurado a las agencias de traducción, lo cual no está exento de lógica.
Sin embargo, en este caso concreto no soy partidario de ello y, además, por diversas razones. Aquellos compañeros que me conocen ya saben que no soy muy amigo de las agencias de traducción. No se debe generalizar, pero el funcionamiento es siempre idéntico salvando algunas excepciones. Lo cierto es que cuando alguna agencia de traducción me contacta, indagando acerca de mi disponibilidad para realizar alguna traducción jurada o interpretación en el juzgado, casi siempre suelo declinar, amablemente, dicha oferta y, rara vez, suelo aceptar el encargo. Entiendo que una agencia, como mercantil que es, intente obtener y maximizar su beneficio, pero me resulta cansino que regateen constantemente las tarifas con la finalidad de lucrarse en base a una tarea que recae, en su totalidad, sobre el intérprete jurado. Al fin y al cabo es éste último el que certifica personalmente la traducción y el que asume la responsabilidad de su labor mientras que la agencia no deja de ser un mero intermediario. Yo he llegado a ver a agencias que se han embolsado nada menos que el 60 por cien de la tarifa que le han ofrecido al cliente final: todo un abuso. El 40 por cien restante de la cuantía era la remuneración para el traductor. El acabóse fue ver la pegatina que la agencia pegó, sin pudor alguno, sobre el sello del traductor y que debe constar en la traducción jurada, tal y como lo dispone el R.D. 79/1996. ¿La razón? Evitar que el cliente pudiera contactar directamente con el traductor en futuras ocasiones.
En lo concerniente a las traducciones juradas, las agencias de traducción constituyen, en mi opinión, un intermediario que viene a ser superfluo (con más razón siendo que existe la lista de intérpretes jurados del MAEC). La agencia no certifica: eso lo hace, personalmente, el intérprete jurado. Lo que necesitamos a la hora de una traducción jurada es al traductor y no a un tercero que, en ocasiones, únicamente sirve para incrementar, y sustancialmente, el precio del encargo.
Esto no quiere decir que las agencias sean convenientes y necesarias cuando las circunstancias lo impongan. Pero eso lo dejamos para otro momento.
Me llamo Fernando A. Gascón Nasarre. Ejerzo de abogado en Zaragoza y soy intérprete jurado de alemán. De la combinación de ambos campos surgen mis especialidades: las traducciones jurídicas y las interpretaciones judiciales.
5 Responses to Una de agencias
Bárbara
enero 17th, 2010 at 19:22
Muchas gracias por tu blog. Creo que refleja perfectamente la situación del traductor actualmente. Como traductora que soy y antigua gestora de proyectos en dos agencias de traducción distintas, tengo que confirmarte de primera mano tus pesquisas. Efectivamente, la rentabilidad de las agencias ante las traducciones e interpretaciones juradas son, en algunos casos, abusivas, llegando a contar más de un 40% de rentabilidad y sin dejar de regatear tarifas a traductores como si se tratara de un supermercado. Lamentablemente, no todo el mundo sabe cómo encontrar un intérprete jurado y cuando buscan en google, las agencias han comprado un lugar privilegiado en la lista y a los pobres ciudadanos o secretarios anónimos no les queda otra que dejarse timar por agencias, que como tú bien dices, son intermediarias y en ningún caso aceptan responsabilidad de la labor que haga el intérprete.
Jonathan
enero 17th, 2010 at 22:40
Gracias por tu aportación tan valiosa. Coincido completamente contigo, en el sentido de que las agencias suelen abusar tanto de sus clientes como de sus «proveedores».
Por si esto fuera poco, en el caso de los intérpretes, lo peor es que muchas veces ni siquiera desempeñan la función encargada, a saber, la proporción de una interpretación en condiciones. La cantidad de agencias que he visto que no entienden de cabinas, horarios, contratos, selección de intérpretes y no solamente gente que «habla idiomas». O sea que cobran más por hacer menos y mal. Tendría que darse un boicot generalizado contra las agencias si los profesionales queremos ganarnos mínimamente la vida.
Fernando
enero 18th, 2010 at 22:40
Hola Bárbara y Jonathan,
Te agradezco que me confirmes esos hechos. Resulta triste que muchas agencias atropellen literalmente a los traductores tratándolos como un mero objeto a explotar. Claro que esto nos lleva a la siguiente cuestión: ¿La culpa es de la agencia o de los traductores que se dejan explotar? En cuanto a las condiciones Jonathan tiene toda la razón. Y no digamos ya los fraudes que se llegan a ver como, por ejemplo, tener una caja llena de hojas en blanco pero selladas y firmadas por un traductor jurado que vive en el extranjero. Un saludo a los dos desde Zaragoza.
Leon Hunter
agosto 20th, 2010 at 03:24
Yo destacaría la desinformación que algunas agencias están difundiendo acerca de la traducción jurada. Algunas personas me dicen que otra empresa les ha dicho que está «homologada» o que aparece un sello del ministerio en la página web.
Insisten casi todos en lo de los originales porque debe haber una o más empresas que están insistiendo en este punto y tratan de retener los originales por todos los medios.
Yo les cuento lo que llevo leyendo años en foros, en la legislación, en diversos FAQs, etc. y creen más a la empresa que a mí, que trabajo todos los días en esto.
En fin, tengo originales por todas partes porque – sin preguntar – aterrizan aquí con los originales. Es deseable realizar las traducciones a partir de originales o, como mínimo, poder cotejar esos originales al realizar la entrega de la traducción. Es deseable no tener que indicar en la certificación que la traducción se ha realizado a partir de una copia o tener que indicar en diversos lugares de la traducción que el texto es ilegible, no se lee bien o no se entiende por la calidad de la copia, por razones obvias. Pero, de ahí a que sea *obligatorio*, pues no.
Indicaba un traductor, Pedro Satué, que él indica en la certificación si la traducción ha sido realizada a partir de un original o una copia y que adjunta las copias. Yo también las adjunto al final cuando me envían copias.
Sin embargo, lo que me preocupa es que las razones por las que piden originales tienen poco que ver con buenas prácticas de la traducción jurada.
De hecho, no les preocupa nada la traducción jurada. Es todo codicia y ganar dinero. Figurar en las búsquedas de tal y de cual y copar todo.
Saludos,
LH
Fernando
octubre 11th, 2010 at 19:07
¡Hola Leon! Sí, así es y conozco incluso alguna agencia cercana que se anuncia destacando que realizan traducciones juradas homologadas por el MAEC. Queda muy bonito indicar eso, pero no deja de ser pura quimera e invención.
En cuanto a los originales soy bastante flexible y pragmático. Como en muchas ocasiones tenemos que partir de documentos extranjeros deviene en imposible saber si son realmente auténticos o no. Yo al menos no me atrevo a afirmar o negar nada al respecto. De lo único que yo doy fe es del contenido. Al fin y al cabo somos expertos lingüísticos y no peritos aptos para detectar falsificaciones. Eso se lo dejo al destinatario de la traducción que tendrá que ver el trato que le quiere dar al supuesto original. Un saludo 😉